No cumplió su sueño de niño: ser médico. Pero con la idea de estudiar una carrera afín al tema de la salud, emigró desde Colombia a Venezuela y cursó Farmacia en la Universidad Santa María. Se ha labrado una prodigiosa carrera como investigador de las propiedades farmacológicas de nuevos compuestos con potencial terapéutico, por la que fue galardonado con el Premio Lorenzo Mendoza Fleury. Profesor de pregrado y posgrado, uno de sus aportes más importantes han sido los hallazgos en el estudio de la quinolina y el nitroimidazol para tratar afecciones como la malaria o la leishmania, respectivamente